El taller da
comienzo como es habitual con un calentamiento que consiste en la práctica del
ejercicio de balanceo del cuerpo, conocido como “la campana”, movimiento al que
Mario le da mucha importancia, ya que en él, dice, está representado al
completo el movimiento en oposición del cuerpo. Mientras una energía va hacia
adelante, la otra retrocede, cuando una energía va hacia la derecha, la otra,
al mismo tiempo va hacia la izquierda.
Durante la
ejecución de éste ejercicio, Mario nos explica que el movimiento es activado
por la espalda y no es la cadera la que impulsa los brazos. Nos ayuda
compartiendo las palabras que su maestro usaba para enseñarle éste principio:
“Mario, la fuerza, se distribuye desde la espalda hacia los brazos”. En aquel
momento, él, no podía comprender bien que significaba ésto, pero un tiempo
después, comenzó a realizar la forma imaginando a un adversario de Judo,
siempre pensando en “tirar” o “empujar”, y así lo pudo entender.
A
continuación y ya bien calentitos, realizamos unas versiones del saludo al sol
de la escuela de Hatha yoga, según su Maestro Suazi Buaji, según Mario,
complemento perfecto para el practicante de Tai Chi, por la profundidad de los
estiramientos y el trabajo integral del cuerpo. Y para finalizar
realizamos
otro ejercicio también muy interesante para el fortalecimiento de las piernas y
el equilibrio interno del cuerpo, semisentadillas contra la pered, (isométricos),
o como el le llama “Muro”.
Posteriormente,
comenzamos con el programa del taiji, la mañana será un monográfico sobre Nei-Gong,
donde Mario, cronómetro en mano, nos va desgranando poco a poco los
secretos de cada postura.
Pero si hay
un factor constante en el desarrollo de éste taller es la palabra “Arte”
y su asociación al concepto de marcial y por consiguiente al arte del
Taijiquan. Concepto éste, que Mario nos recordará varias veces a lo largo del
fin de semana.
Según la
RAE, la palabra Arte, tiene entre otras acepciones, las siguientes:
1- La
virtud, disposición y habilidad para hacer algo.
2- Manifestación
de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y
desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos,
lingüísticos o sonoros.
3- Conjunto
de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo.
La primera
postura, es “elevar las manos”: La energía o la fuerza de las manos,
sube hacia arriba y hacia afuera, mientras que la parte inferior del cuerpo, va
hacia abajo, penetrando la tierra con los pies, de ésta forma se dividen las
fuerzas (arriba y abajo), tratando de buscar el estiramiento en la postura.
Mario, tras
observar nuestra lucha particular por encontrar el punto exacto o al menos lo
más aproximado posible a la posición idónea, nos dice que el “Taiji verdadero
es dejar tranquila la cabeza, practicar con el cuerpo sin escuchar la cabeza,
dejando fluir los movimientos”, para que entendamos bien éste concepto, lo
asemeja al niño que aprende a montar en bicicleta. Al principio, es necesario
que su padre le acompañe, le guíe y le ayude en su aprendizaje, pero una vez
que ha conseguido mantenerse en equilibrio sobre la bicicleta, el cuerpo, es
capaz de recordar ese aprendizaje, entonces, poco a poco, su práctica, será
desarrollada por el niño, en solitario, podrá aprender a soltar manos o a dar
piruetas, o hacer equilibrios, pero ya no será necesario que vaya de la mano de
su padre. En el taiji, una vez, que has aprendido a “caminar”, tienes que dejar
fluir, buscar la ola, la cascada y desarrollar tu taiji.
Mario
comparte con nosotros otra experiencia personal acerca de su práctica de la
forma de Taiji. Nos cuenta que durante una ornada de trabajo en NY, en la que
estaba sintiendo mucho frío, hasta el punto de estar templando todo el cuerpo,
porque su jefe, no quería mantener las puertas cerradas. No sabía que hacer,
para dejar de temblar, así que sin demasiada confianza, decidió empezar a
realizar la forma de taiji, y poco a poco los temblores cesaron y ya no sintió
frío. (se olvidó de él).
Su
conclusión, es que dejando tranquila la cabeza, la forma va fluyendo y no debe
ser muy importante, si está bien o mal hecha, sólo dejarla fluir. Por eso,
cuando comenzamos la forma, involuntariamente, nuestra mente, a sabe cual es el
final de la práctica (el último movimiento de la forma), eso condicionará
nuestra práctica, así que según Mario, es más interesante realizar solo un
trozo de la forma, 3 o 4 movimientos solamente, usar un cronómetro y repetir
indefinidamente, comenzar por un movimiento cualquiera y parar en otro al azar.
Ésta forma de trabajar liberara la mente, ya que no hay un principio ni un
final, sólo práctica.
Pasamos al
siguiente movimiento: “apertura” o “Despertar el Chi”. Mario
piensa, que éste es un movimiento clave para entender el funcionamiento de toda
la forma, a partir de él, podemos descubrir la mecánica de la forma, por eso,
nos recomienda practicar a diario y durante 6 meses por un tiempo de 30
minutos, éste movimiento. Al realizarlo, debemos imaginar que no hay una
voluntad de subir las manos, ellas suben porque “flotan” y nosotros solo las
observamos, cuando las manos bajan, “no planean” sólo, el aire las
sostiene.
Los
siguientes movimientos son “coger la cola del gorrión” a la derecha y a
la izquierda. Mario, nos recuerda que lo más importante de todos los
movimientos es la preparación del mismo, y nos insiste en que seamos
conscientes de las tres fases del movimiento: Relajar, Preparar y Accionar.
Relajar: Es muy importante relajar
completamente el cuerpo en ésta fase. No importa, cuanto te has relajado,
porque siempre, puedes relajar más
Preparar: No hay que tener ninguna prisa en
la preparación, “la preparación te habla” dice Mario. También es imprescindible
colocar la idea en la mente, el cuerpo sabrá lo que tiene que hacer, si
previamente, hemos decidido hacia donde queremos ir. Así, antes de ir hacia
arriba, bajamos y antes de ir a la derecha, vamos a la izquierda, ésta regla,
libera las articulaciones que a su vez, liberan el cuerpo, porque si las
articulaciones están bloqueadas, el cuerpo entero también lo estará. Si el paso
que vamos a dar es pequeño, la preparación será completa, porque la
preparación, está relacionada con la eficacia del movimiento y no con el tamaño
del mismo. No importa cuánto te has preparado, porque siempre puedes prepararte
mejor.
Accionar: Es el desenlace final de las dos
fases anteriores, ya sea golpear, desviar, empujar, etc. se simplifica en una
sola acción: Saltar.
Estas tres
fases, se encadenan la última con la primera, formando una secuencia continua
durante toda la forma.
Todos los
movimientos en la forma han de ser fluidos y redondos, en progresión y
regresión continua, sin detener el movimiento en el Yang ni en el Yin: …..70%
80% 90% 100% 90% 80% 70%.......
Seguidamente,
Mario nos habla durante un buen rato acerca de las direcciones de la energía en
la forma y de cómo con un movimiento del cuerpo, se puede generar un cambio de
dirección de la energía, aún cuando ésta está en movimiento y lleva ya una
dirección.
La bella
muchacha en el telar: Son dos fuerzas opuestas, y no hay que dejarse engañar por las posiciones
de los brazos, que pueden confundir las direcciones de los mismos.
Por la
tarde, el programa se centrará en las cuatro energías: Peng, Lu, Chi, An. (Rechazar,
estirar, presionar con ambas manos y hundir).
Comenzamos
con un ejercicio de tuishou, para aplicar las cuatro energías, pronto nos
encontramos con dificultades para llevar a cabo un trabajo aceptable.
En el
movimiento Peng, hay que comenzar el movimiento con el cuerpo, justo al sentir
al compañero (no con las manos), entendiendo por sentir estar muy alerta a sus
cambios incluso sin que éste haya iniciado el movimiento. Este reflejo, lo
controla el sistema nervioso parasimpático del cuerpo, que se encarga de las
acciones involuntarias de los músculos, entre otras funciones.
Mario debe
haber visto nuestras caras de “¿Y eso como se hace?”, porque nos dice que el
empuje hay que practicarlo no solo a diario, sino varias veces al
día.
Y entender
que mucho más importante que empujar, es impedir al compañero penetrar en tu
espacio, al mismo tiempo buscando la oportunidad para entrar en el suyo y
Neutralizar su acción. Esta práctica, nos llevará el resto de la tarde.
19 /04/ 2015
Comenzamos
con el calentamiento acostumbrado y a continuación realizamos la forma corta de
CMC. Mario observa nuestros movimientos y nos vuelve a recordar, que los
brazos son dirigidos por la espalda y que las piernas, son dirigidas por la
cadera y zona lumbar. Utiliza el ejemplo de la anatomía de un oso, ya que
éste animal utiliza sus brazos para realizar sus ataques, así que está dotado
de una gran espalda, que dotará de movimientos eficaces y de gran energía a los
brazos.
Una vez concluida la forma, comenzamos de nuevo con Nei gong, controlados por la mirada de Mario y su cronómetro, durante ésta parte del taller, Mario, va acercándose a aquellos que necesitamos ajustar la posición o dirigiendo la palabra exacta a la persona que necesita sólo que le recuerden su desajuste.
Para
ilustrar un poco mejor el trabajo de Nei Gong, os aporto la definición que hace
de ella la revista Taijiquan:
“El Neikung (Neigong), es un conjunto de técnicas y métodos
especializados de las artes marciales que se realizan para entrenar el interior
del cuerpo humano con objeto de alcanzar la fuerza interna y externa. Entrena
de forma específica aspectos internos del cuerpo humano. Intención (yi nian),
Respiración ([qi xi), órganos y entrañas (zhang fu), meridianos (jing luo),
circulación sanguínea (xue mai) con objeto de alcanzar fuerza interna (nei
zhuang).
“El Neikung del Tai Chi Chuan (Taijiquan) busca fortalecer el cuerpo y la mente para que sean eficientes en la
lucha. Esto se realiza preparando los tres elementos internos, Jing, Chi (Qi) y Shen con objeto de alcanzar una estructura corporal que responda con precisión a
la intención y una conciencia relajada y alerta que sepa manejar el conflicto”.
Por Luz Ruiz.